" Después de que yo, el Principito, me cayera de mi estrella en este extraño planeta, intuía que algo malo iba a pasar. Y en efecto, la primera aventura en este misterioso planeta fue una experiencia... no muy buena que digamos. Sucedió que me encontraba en medio del "desierto del Sahara", así es como lo llaman, lleno de pavor porque no sabía a dónde ir, ya que era un planeta en el que nunca antes había estado. Entonces fue cuando vi un pequeño bulto que se acercaba sigilosamente hacia mí entre las dunas. Pasó un buen rato hasta que pude reconocer que era un escorpión. Yo, la verdad, no tenía mucha experiencia con este tipo de animales, en realidad lo único que sabía de los animales era que eran muy buenos, simpáticos, y que nunca te hacían daño. Armado de una enorme confianza me acerqué hacia él, y cuando ya lo tenía lo bastante cerca como para acariciarle, me dispuse a ello. En ese momento, y de un lugar inesperado, saltó una serpiente tirándome al suelo del susto, y se comió al escorpión. Después de ello, nos miramos fijamente, y desde entonces supe que esto no iba quedar así, ambos sabíamos que se había quedado con hambre.
Después de este mal rato, me dispuse a buscar un sitio en el que poder dormir en paz. Entonces fue cuando me encontré con una familia de suricatos. Les pregunté si sabían algún sitio en el que poder descansar, y ellos, al instante, me ofrecieron su casa. Verdaderamente esta escena se me quedó grabada mucho tiempo. Aquí se demuestra que en la vida lo más importante son los demás, y que si eres egoísta te quedarás sin amigos. Éstos eran los pensamientos que iba meditando en aquella casa acogedora, e intuía que al día siguiente iban a pasar cosas grandes."
Hasta aquí esta historia, pero todavía hay muchas más aventuras esperando ser descubiertas. Y el único sitio en el que podéis encontrarlas es en "El Libro de Aventuras del Principito".
Pedro P
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